Como bien sabemos en este tiempo donde estamos luchando como sociedad ante los cambios sociales, económicos, de salud y educativos en tiempos de pandemia. No solo los docentes tenemos temor y algunas emociones negativas por enfrentar la situación, sino que son nuestros alumnos y padres de familia quienes también sienten miedo, angustia, incertidumbre, entre otras emociones que afectan nuestros pensamientos y la manera de actuar. 

El estrés docente no permite avanzar en el trabajo del mimo, por eso es importante atender la salud emocional a tiempo. La educación emocional es un proceso educativo que debemos hacer permanente para potencial el desarrollo esencial del desarrollo humano, educar para la vida.

Como agentes educativos debemos siempre mantener esa chispa positiva en nuestra labor y con la finalidad de aumentar el bienestar personal para poder dar lo mejor a nuestros niños, nias y jóvenes.

 

Mantengámonos trabajando unidos a distancia y apoyándonos entre nuestros colegas para aprender y apoyar a otros que nos necesiten y cuando nosotros ocupemos de ellos de igual manera recibir ese apoyo. Para cuando nos toque volver a las aulas estar fuertes mentalmente y emocionalmente para brindar los mejor a nuestros estudiantes, padres de familia y compañeros de trabajo.

 

Atentamente

Mercedes Guadalupe López Cota